El Carloctavismo condena el
capitalismo, por ser la reunión en manos de unos pocos de todos los elementos
necesarios para la producción en perjuicio de la mayoría del pueblo.
El capitalismo tiene su origen en la
sustitución de los talleres manuales por las grandes instalaciones de
maquinaria. Sólo los poderosos pudieron hacer tales instalaciones y, al
producir más y más barato, arruinaron a
los talleres artesanos enriqueciéndose ellos desmesuradamente.
Como consecuencia de ello, y la
rapidez con que las máquinas producían, muchos hombres se quedaron sin trabajo
y sobrevino una gran reacción que se manifestó por medio de las grandes luchas
sociales.
El Carloctavismo, siguiendo su
doctrina social, a la vez que condena los abusos del capitalismo, reconoce el
derecho a la propiedad estatal,
cogestionados entre el Estado y los trabajadores, de los medios de producción y
ampara el derecho que todo obrero tiene a trabajar y a ganar un salario que le
sirva para sostener dignamente a su familia.
La citada propiedad cogestionada se
organizará a través del Sindicato, por considerar justo y conveniente el que
los compatriotas de Las Españas, que trabajan en un mismo oficio, se agrupen en
una organización que les permita defender sus legítimos intereses y proponer
con mayor fuerza al Estado sus justas aspiraciones.
Desde muy antiguo, los hombres que
trabajaban en un mismo ramo de la producción se reunieron en gremios para
prestarse colaboración, defender sus derechos y poder resolver mejor sus
problemas.
Estas asociaciones o gremios tenían
sus reglamentos, sus jerarquías y su Santo Patrón. Vivían en perfecta hermandad
y durante la Edad Media alcanzaron gran esplendor.
Más tarde, el liberalismo, al
fomentar por reacción la lucha de clases, acabó con los gremios, pués los
trabajadores, en lugar de agruparse por oficios, se agruparon en partidos
políticos para luchar contra las demás clases sociales.
El Carloctavismo resucitará los
antiguos gremios en forma de Sindicato. En él, los productores técnicos y
obreros, agrupados por ramas de producción, trabajarán unidos por el bien
colectivo y por medio de sus representantes presentarán sus justas aspiraciones
al Estado para que éste las resuelva teniendo en cuenta el supremo bien de Las
Españas.
Carloctavistas de Las Españas en
la Península Ibérica.
"La derecha española ha sido tradicionalmente cobarde y aprovechada, proclamando un Dios en el que no cree y una patria que no ama, intentando mantener solo sus privilegios".
ReplyDeleteJuan Vázquez de Mella y Fanjul.